¿Se puede quitar una orden de alejamiento?

¿Qué es una orden de alejamiento?

La orden de alejamiento es una de las medidas cautelares de mayor gravedad contempladas en el ordenamiento jurídico español. Solo se recurre a ella cuando se estima que una persona puede estar en riesgo y, por eso, es necesario brindarle protección hasta que se desarrolle el juicio y se adopten medidas de carácter definitivo.

La orden de alejamiento se establece por decisión judicial, y lo que hace es prohibir que una persona:

• Resida o acuda a determinados lugares.
• Se aproxime a la víctima y/o algunos de sus familiares, en cualquier lugar donde estos se encuentren. Si la orden de alejamiento se extiende a los hijos en común con la víctima, se suspende el régimen de visitas, comunicación y estancia hasta que se resuelva el asunto en vía penal.
• Se comunique con la víctima y/o algunos de sus familiares.  

En la actualidad, el cumplimiento de esta medida se puede verificar a través del uso de medios electrónicos como las pulseras telemáticas.

Debido a que la orden de alejamiento limita en cierta medida la libertad de acción de la persona a la que se le impone, se utiliza solo en casos en los que el denunciante puede estar en peligro. Por ejemplo, en supuestos de violencia de género, acoso o amenazas.

Para que se pueda adoptar esta medida es necesario que:

• Exista una situación de peligro objetivo.
• Se presenten pruebas que respalden la solicitud.
• Haya una denuncia previa que fundamente la petición.
• En algunos casos, hace falta contar con un informe de los servicios sociales que acredite que hay una situación de vulnerabilidad o de peligro.

¿Pueden la víctima o su agresor ignorar una orden de alejamiento?

No, tanto víctima como agresor deben respetar la orden. Esto quiere decir que ninguno de ellos puede acercarse al otro ni intentar comunicarse. Precisamente por ello, el incumplimiento tiene consecuencias legales para ambas partes.

Consecuencias para el agresor por desobedecer una orden de alejamiento

El Código Penal califica esta conducta en su artículo 468 como un delito de quebrantamiento de condena. Una infracción que se castiga con penas de prisión que van desde los seis meses hasta un año de duración.

La razón de ser de la tipificación penal de esta conducta es que demuestra que hay un evidente desprecio hacia las decisiones judiciales y hacia la seguridad de la víctima. En consecuencia, es conveniente penar estas acciones.

Consecuencias para la víctima por desobedecer una orden de alejamiento

La orden de alejamiento se puede adoptar a instancia de la víctima o de oficio por la autoridad judicial, pero, en todo caso, la persona en favor de la que se establece tiene que respetarla. No puede consentir que el agresor viole la orden de alejamiento, por ejemplo, invitándole a su casa.

El Código Penal tipifica esta conducta como un delito de inducción al quebrantamiento de condena. Sin embargo, en la práctica, es muy extraño que la víctima llegue a ser sancionada por esta acción.

Incumplimiento involuntario

En algunos casos puede darse el incumplimiento involuntario. Por ejemplo, si el agresor se cruza de manera accidental con la víctima. En un supuesto de este tipo, no se considera que exista un verdadero incumplimiento, ya que no había intencionalidad de quebrantar la orden judicial, siempre y cuando el agresor haya tomado de forma inmediata las medidas necesarias para cumplir con las restricciones que se le han impuesto.

Por ejemplo, si el agresor y la víctima coinciden en un mismo establecimiento abierto al público, es el agresor el que tiene que abandonarlo inmediatamente para que se dé por hecho que no había voluntariedad en el quebrantamiento de la orden de alejamiento.

¿Es posible quitar una orden de alejamiento en España?

El ordenamiento jurídico permite que sea la propia víctima la que presente una solicitud del levantamiento de esta medida cautelar. Pero, para lograrlo, tiene que hacer su petición de manera formal en el juzgado que emitió dicha medida.

¿Cómo debe ser la solicitud de retirada de una orden de alejamiento?

La solicitud de levantamiento de medidas cautelares debe estar suficientemente fundada, exponiendo los argumentos y aportando las pruebas que ponen de relieve que ya no existe el riesgo que motivó su adopción.

¿Se puede quitar una orden de alejamiento cuando es una medida cautelar?

La legislación española no regula un procedimiento específico para solicitar el levantamiento de la orden de alejamiento cuando esta es una medida cautelar. Por eso, en la práctica, los juzgados no suelen tener en cuenta este tipo de peticiones, y dejan la medida vigente hasta que se dicta sentencia en el juicio que enfrenta a víctima y agresor.

Si el juez no atiende la petición de la víctima de retirar la orden de alejamiento, esta se puede acoger a su derecho a no declarar en el juicio que se celebrará más adelante, conducta que puede influir en la decisión que tome el Ministerio Fiscal a la hora de mantener o retirar la acusación.

¿Se puede quitar una orden de alejamiento con sentencia firme?

Cuando la orden de alejamiento se impone como medida cautelar, los jueces son reacios a su retirada, aunque esta es posible. Cuando esa medida se impone directamente como parte de la condena al agresor en una sentencia firme (es una pena accesoria), conseguir la retirada es todavía más complicado porque en este caso la voluntad de la víctima ya no tiene ningún peso.

En una situación de este tipo, hay que cumplir la pena hasta que expire el plazo fijado para ello en la sentencia. De forma excepcional, si se demuestra que ya no hay peligro para la víctima, se puede solicitar un indulto parcial al Gobierno y la suspensión de la pena al tribunal que la impuso, pero esta es una opción con muy pocas posibilidades de resultar exitosa.

¿Necesito un abogado para retirar una orden de alejamiento?

Debido a la complejidad de este proceso, abordarlo en solitario es imposible. Aquí la presencia del abogado no solo es recomendable, sino que resulta totalmente preceptiva.

Un especialista en casos en los que es habitual la adopción de la orden de alejamiento como medida cautelar, como sucede en los supuestos de violencia de género, puede orientar tanto en la preparación de la solicitud de levantamiento de la medida como encargarse de la representación en las audiencias que se llevan a cabo durante el procedimiento.