¿Qué pasa si no voy a un juicio por delito leve?

¿Qué hacer si he recibido una citación para un juicio leve?

Para saber qué pasa si no voy a un juicio por delito leve, es importante tener claro cómo funcionan estos procedimientos y qué consecuencias prevé la ley para quienes estando encausados o actuando como denunciantes no comparecen.

Una citación judicial es una orden emitida por un tribunal, en este caso por un juzgado de la jurisdicción Penal, que requiere la comparecencia de una persona en una fecha y hora determinadas. Para ser válida, la citación debe contener la siguiente información:

• Identificación del órgano judicial que la emite.
• Datos de identificación de la persona citada.
• Motivo de la citación.
• Lugar, fecha y hora de comparecencia.
• Firma y sello del tribunal.

Este documento legal obliga al destinatario a comparecer. Por tanto, hay que personarse en el juzgado en el momento indicado. Si existe alguna causa que justifique la ausencia, hay que comunicarlo antes posible para conseguir un aplazamiento y que el juicio se desarrolle en otro momento.

En este sentido, es importante destacar que no sirve de nada rechazar la notificación porque, si el juzgado no puede comunicar la citación de forma personal, lo hará a través de edictos y el proceso seguirá adelante aunque el acusado no esté presente.

Siempre es mejor recoger la citación para tener tiempo para preparar la defensa y personarse en un juicio que puede tener consecuencias negativas para el acusado, ya que, aunque no tenga que ir a la cárcel, tendrá antecedentes penales si resulta condenado.

Cómo funciona un juicio por delito leve

Desde que el Código Penal fue reformado en 2015, ya no existen las faltas. En su lugar, ahora se tipifican los conocidos como delitos leves, que son aquellos que, constituyendo una infracción de tipo Penal, no tienen demasiada gravedad.

La Justicia conoce de ellos a través de un proceso que se sustancia directamente en un juicio ante el juzgado de guardia o el de instrucción (si no es posible la citación inmediata de las partes y los testigos).

La Ley de Enjuiciamiento Criminal señala que la persona afectada por un delito leve tiene un plazo de seis meses desde el hecho para interponer denuncia.

Presentada la misma, el juez tiene un plazo de siete días para hacer el señalamiento y celebrar el juicio. No obstante, en los delitos leves de violencia doméstica y delito de hurto, el juicio se puede celebrar de manera inmediata en el juzgado de guardia.

Denunciante y denunciado van a ser citados y tienen que comparecer con todos los medios de prueba que estimen pertinentes. Aunque en estos casos no es obligatoria la presencia de abogado, siempre es recomendable contar con asesoramiento legal especializado.

El juicio se desarrolla de la siguiente manera:

• Lectura de la denuncia o querella.
• Declaración de los testigos y práctica de las pruebas de la acusación.
• Declaración del acusado.
• Declaración de los testigos y práctica de las pruebas del acusado.
• Intervención de las partes para mantener sus pretensiones.

Finalizada la vista, el juez dicta su sentencia y, si alguna de las partes no está conforme, puede interponer recurso en tiempo y forma.

Las penas que se pueden imponer son las previstas específicamente para los delitos leves y, en todo caso, dan lugar a la generación de antecedentes penales. Por ejemplo, multa de hasta tres meses, privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por plazo de tres meses a un año o trabajos en beneficio de la comunidad de uno a 30 días.

Los delitos que dan lugar a este tipo de procesos son:

• Homicidio por imprudencia menos grave.
• Agresiones leves que no causen lesión.
• Lesiones que no requieren de tratamiento médico.
• Lesiones de especial entidad causadas por imprudencia menos grave.
• Delito de amenazas leves.
• Delito de coacciones leves.
• Injurias o vejaciones injustas de carácter leve.
• Hurto flagrante si el bien no excede de 400 euros.

Consecuencias de no personarse en un juicio por delito leve

Es obligatorio atender a la citación del juzgado, sea en la calidad que sea. Tanto si se es citado como imputado, como denunciante, testigo o perito, quien recibe la notificación tiene que personarse en el día y hora predeterminados.

En aquellos casos en los que la infracción penal solo puede ser perseguida a instancia del ofendido, si el denunciante no comparece y tampoco está presente el Ministerio Fiscal, no se puede mantener la acusación, lo que provoca la absolución del acusado.

La ausencia injustificada del denunciante o del denunciado se sanciona con una multa que puede oscilar entre 200 y 2000 euros.

Si el acusado no se presenta, además de imponerse una sanción económica, el juicio continuará en su ausencia y el juez tomará su decisión basándose en las pruebas presentadas por la acusación. Esto implica que el imputado puede llegar a ser condenado sin haberse defendido. 

Como excepción, es posible que la incomparecencia del acusado dé lugar a la suspensión de la vista si el juez, de oficio o a instancia de parte, entiende que es necesaria su declaración.

Con estas medidas se pretende evitar que tanto el denunciante como el denunciado incumplan su obligación de comparecer.

¿Existen motivos justificados para no acudir a un juicio por delito leve?

Las razones para ausentarse son las mismas que se admiten en cualquier otro proceso penal, que generalmente tienen que ver con una enfermedad o una situación de fuerza mayor. Eso sí, es fundamental que la razón de la incomparecencia esté debidamente acreditada.

Lo que debe hacer la persona que no puede comparecer es informar de ello al juzgado lo antes posible, aportando la documentación que respalda esa imposibilidad de comparecer.

Incidencias como una enfermedad o un hecho imprevisto de fuerza mayor pueden suceder y, por eso, es conveniente tener un abogado cuando se enfrenta como acusado o como acusación un juicio por delito leve. Porque si surge algún problema para la comparecencia, el abogado sabe cómo actuar y puede conseguir que el juicio se aplace para otro momento y que no se sancione a quien no puede asistir.