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¿Qué es un delito leve?
Los delitos leves son conductas que, a pesar de estar tipificadas en el Código Penal, se consideran de escasa gravedad, por lo que conllevan sanciones menos severas. Es el artículo 13.3 del Código Penal el que establece que los delitos leves son aquellos que la ley castiga con penas leves. Por su parte, las penas leves son aquellas definidas en el artículo 33.4 del mismo cuerpo legal.
Son, por tanto, infracciones penales de escasa gravedad que conllevan sanciones reducidas en comparación con delitos graves o menos graves.
Ejemplos comunes de delitos leves son las lesiones leves, las amenazas leves, los hurtos de cuantía inferior a 400 euros o las coacciones leves.
Estos delitos, aunque no conlleven penas de prisión, sí pueden implicar multas, trabajos en beneficio de la comunidad o inhabilitaciones, en función de la gravedad y las circunstancias del caso. Además, hay que tener en cuenta que generan antecedentes penales.
Por ello, aún cuando las penas sean leves, será importante contar con un correcto asesoramiento jurídico, para evitar o minimizar las consecuencias desfavorables, como las repercusiones que puedan tener a nivel laboral y social.
¿Cómo se juzga un delito leve?
El procedimiento de juicio por delito leve se encuentra regulado en el Título III del Libro VI de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Es un procedimiento más rápido y sencillo en comparación con los delitos más graves, que se caracteriza por su rapidez y su simplicidad procesal.
No necesita una fase de instrucción formal y es habitual que se celebre el mismo día en que se presenta la denuncia o en fechas próximas.
A grandes rasgos, los pasos que sigue este procedimiento son los siguientes:
Inicio del procedimiento
Se inicia siempre por denuncia, ya sea ante la Policía, el Juzgado de Guardia o mediante atestado policial. También es posible que sea iniciado por medio del Ministerio Fiscal o por querella de la parte perjudicada.
Citación a juicio
Tras la admisión de la denuncia o querella, el Juzgado de Instrucción procede a citar a las partes para la celebración de un juicio oral.
En este procedimiento no existe una fase de instrucción prolongada, como sí sucede en otros procesos penales. Esto se debe a que los hechos suelen ser sencillos y no necesitan investigaciones complejas.
Desarrollo del juicio
Durante el desarrollo de la vista oral, las partes presentan las pruebas, se escuchan a los testigos y peritos, si los hubiera, y se permite a las partes exponer sus argumentos.
Aunque el acusado siempre tiene derecho a comparecer asistido por abogado, no es necesario para la mayoría de los delitos leves. Esta obligatoriedad va a depender de la pena asociada al delito que se impute.
Sentencia
En un plazo breve, el juez deberá dictar sentencia, en la que establecerá la condena o la absolución del acusado. En cualquier caso, la sentencia dictada podrá ser recurrida ante la Audiencia Provincial.
Es importante destacar que el juicio por delito leve sigue un procedimiento ágil en el que se intenta preservar los derechos de ambas partes, garantizando un proceso justo. El derecho a la defensa es clave en estos procedimientos, permitiendo que el acusado exponga su versión de los hechos y presente las pruebas necesarias para su defensa.
Diferencia entre juicio por delito leve y juicio rápido
Aunque un juicio rápido y un juicio por delito leve pueden tener similitudes y considerarse equiparables, presentan determinadas diferencias.
Un juicio rápido es un procedimiento cuya finalidad es el enjuiciamiento rápido de determinados delitos. Se recoge en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, dentro del Libro IV, el cual trata los procedimientos especiales.
Por su parte, los juicios por delitos leves vienen determinados por lo previsto en el Libro VI de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Se trata de un juicio que nace con la reforma del Código Penal por Ley Orgánica 1/2015, como reemplazo al juicio de faltas.
Ambos juicios presentan, por tanto, diferencias fundamentales.
Naturaleza del delito
La primera diferencia se refiere al ámbito de aplicación de cada juicio. Los juicios por delito leve enjuician delitos menos graves que tienen asociadas las penas del artículo 33 del Código Penal. Por su parte, los juicios por rápidos se aplican a determinadas penalidades y se deben cumplir ciertas condiciones.
Por tanto, los juicios por delito leve se aplican cuando el delito enjuiciado tiene asociadas:
- Penas de privación del derecho de conducir vehículos o ciclomotores, privación del derecho a tenencia o porte de armas, inhabilitaciones especiales para profesión, oficio o comercio o privación del derecho de tenencia de animales, hasta 1 año.
- Prohibición de acercamiento a personas o prohibición de comunicación con personas hasta 6 meses.
- Multa o localización permanente hasta 3 meses.
- Trabajos en beneficio de la comunidad hasta 1 mes.
En cambio, los juicios rápidos se aplican a delitos que cumplan ciertas condiciones:
- Que el delito enjuiciado tenga asociadas penas privativas de libertad hasta 5 años
- Que el proceso judicial se inicie mediante atestado policial
- Que la autoridad policial haya detenido al acusado y lo haya puesto a disposición del juzgado de guardia.
Pero, además, deben concurrir alguna de estas circunstancias:
- Que el delito sea flagrante
- Que se trate de un hecho punible y su instrucción, o investigación, sea presumiblemente sencilla
- Que el delito esté incluido en el artículo 1.2 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (hurtos, robos, delitos contra la seguridad del tráfico, delito de daños, delito de allanamiento de morada, delitos contra la salud pública, delitos de usurpación…)
Instrucción
En los juicios rápidos la instrucción es breve y se agiliza la fase de enjuiciamiento, mientras que en los juicios por delito leve no se requiere una fase de instrucción y se pasa directamente a la fase de juicio oral.
Las fases son distintas en ambos, ya que un juicio rápido se desarrolla a través de 3 etapas, fase de investigación, fase preparatoria y juicio oral. Pero el juicio por delitos leves se desarrolla en una única comparecencia ante el juez.
Penas aplicables
Esta es una diferencia crucial, ya que los juicios rápidos pueden derivar en penas de prisión, sin embargo, los juicios por delito leve solo implican multas u otras sanciones menores.
Tiempo de resolución
Un juicio rápido puede resolverse en días o semanas, la citación a juicio debe producirse dentro de los 15 días siguientes a la comparecencia del acusado ante el juzgado de guardia. Una vez celebrada la vista, el juez cuenta con un plazo de 3 días para dictar sentencia.
En cuanto al juicio por delitos leves, la fecha de la vista varía según la modalidad y el delito correspondiente. Así, un juicio por delito leve puede prolongarse entre 1 y 3 meses.
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¿Cuáles son las preguntas en un juicio por delito leve?
Una de las características de las vistas orales es que el juez puede formular preguntas a las partes para esclarecer los hechos. Tales preguntas son clave para que el juez pueda valorar lo sucedido y tomar una decisión. Se trata de determinar la veracidad de los hechos y valorar las pruebas presentadas.
Para ello, algunas de las preguntas más comunes que suelen realizar los jueces son las siguientes:
- ¿Cuál es su relación con el denunciante?
- ¿Dónde ocurrieron los hechos y en qué circunstancias?
- ¿Existen testigos que puedan corroborar su versión?
- ¿Reconoce haber cometido la acción que se le imputa?
- ¿Ha recibido amenazas o presiones antes o después del incidente?
En algunos casos, también pueden realizarse preguntas a los testigos y peritos, de haberlos, con el fin de obtener una imagen más completa de lo sucedido.
Ha de tenerse en cuenta que esto son solo algunos ejemplos de preguntas que puede realizar un juez, pero las preguntas formuladas dependerán, en gran medida, del caso concreto y de las circunstancias.
Lo más recomendable es estar siempre preparado para las posibles preguntas que el juez nos pueda hacer. Repasar los hechos con anterioridad y contestar seguros, y siempre con sinceridad. Para la preparación de las preguntas es importante trabajar con nuestro abogado previamente.
En ocasiones, los nervios pueden jugarnos una mala pasada y podemos dar respuestas inadecuadas que no habríamos dado de encontrarnos calmados. El simple hecho de enfrentarnos antes del juicio a una batería de preguntas y estar seguros de lo que tenemos que responder, puede marcar la diferencia entre una condena y una absolución.
¿Cuánto tarda en salir un juicio por delito leve?
No puede darse una respuesta exacta a esta pregunta, ya que el plazo para la celebración de un juicio por delito leve va a depender, en todo caso, de la carga de trabajo del juzgado y la complejidad del caso.
En términos generales, el juicio suele celebrarse en el plazo de entre 1 y 3 meses desde la interposición de la denuncia. Una vez celebrado, la sentencia suele dictarse en un plazo aproximado de 10 a 15 días, aunque también puede ser dictada la sentencia en la propia vista oral.
En los casos en los que la otra parte presenta recurso, el procedimiento puede llegar a alargarse unos meses adicionales. No obstante, estos plazos deben tomarse de manera orientativa.
La rapidez del procedimiento garantiza que las partes obtengan una resolución en un tiempo prudencial, evitando dilaciones innecesarias.
No obstante, para lograr la máxima agilización del proceso, lo más recomendable es contar desde el inicio con el asesoramiento legal y especializado de un abogado experto.
¿Cuáles son las penas en un juicio por delito leve?
No es posible establecer una única pena aplicable a cualquier juicio por delito leve. Como en cualquier otro juicio penal, las penas van a variar en función de la infracción cometida, y también de las circunstancias, ya que, por ejemplo, el juez escogerá penas más severas en casos de reincidencia.
De acuerdo con el Código Penal, las sanciones para los delitos leves pueden incluir:
- Multas económicas. La cuantía será diversa, dependiendo del tipo de delito, pero, en el caso de delitos leves, no excederán de 3 meses.
- Trabajos en beneficio de la comunidad, hasta 30 días.
- Localización permanente. Se trata del cumplimiento de la pena en el propio domicilio del condenado.
- Prohibición de aproximarse o comunicarse con la víctima, hasta 6 meses.
- Otras penas privativas de derechos, como inhabilitaciones o retiradas del permiso de conducir, hasta 1 año.
El juez evaluará la gravedad del delito, los antecedentes del acusado y las circunstancias particulares del caso antes de dictar sentencia.
Conviene tener en cuenta que, a diferencia de las antiguas faltas, los delitos leves generan antecedentes penales. Esto puede afectar negativamente al acusado, tanto laboral como socialmente.
Por todo ello, una acusación por delito leve no debe tomarse a la ligera y es conveniente tomar medidas y preparar una defensa adecuada.
¿Cuánto cuesta un abogado para un juicio por delito leve?
El coste de un abogado para un juicio por delito leve varía según el bufete y la complejidad del caso. En general, los honorarios pueden oscilar entre 300 y 1500 euros. Factores como la experiencia del abogado, la complejidad del caso, la necesidad de presentar recursos y la duración del proceso pueden influir en el precio final.
Es recomendable consultar con distintos profesionales antes de elegir un abogado, asegurándose de que tenga experiencia en derecho penal y conocimiento específico en juicios por delitos leves. Contar con una defensa adecuada puede marcar la diferencia en el resultado del juicio.
El juicio por delito leve es un procedimiento ágil que busca resolver infracciones menores de manera eficiente. Aunque sus penas son reducidas, es fundamental contar con asesoramiento jurídico para garantizar una correcta defensa y evitar consecuencias desfavorables.
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