Teléfono móvil con la app de WhatsApp abierta y notificaciones, simbolizando la posibilidad de denunciar insultos en la plataforma.

¿Se puede denunciar por insultos por Whatsapp?

Las amenazas por WhatsApp son un delito cuya gravedad se determina atendiendo al mal con el que se conmina a la víctima. A efectos legales, la amenaza se comete igualmente si se hace de forma personal o si se utiliza un medio de comunicación.

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¿Qué se considera una amenaza según la ley?

Las amenazas por WhatsApp son tan condenables como las realizadas de viva voz o por cualquier otro medio de comunicación.

El Código Penal tipifica el delito de amenazas en sus artículos 169 a 171. El tipo básico consiste en anunciar a otro que se le va a causar un mal a él, a su familia o a personas cercanas. Pero es imprescindible que ese mal anunciado sea constitutivo de un delito de:

  • Homicidio.
  • Lesiones.
  • Aborto.
  • Contra la libertad.
  • Torturas y delitos contra la integridad moral.
  • Contra la libertad sexual.
  • Contra la intimidad o el honor.
  • Contra el patrimonio y el orden socioeconómico.

También se tipifican las amenazas condicionales con un mal que no es constitutivo de delito, pero en este caso la pena es menor.

¿Cómo se aplica la ley a las amenazas por WhatsApp?

Aunque el Código Penal no hace mención expresa de WhatsApp como medio para llevar a cabo las amenazas, sí hace referencia a las que se hacen llegar a la víctima a través de cualquier medio de comunicación o reproducción, por lo que se entiende que aquí se incluyen las aplicaciones de mensajería instantánea.

Ocurre lo mismo con otros delitos que también utilizan esta vía para ser perpetrados, como el delito de acoso o las estafas.

Como con cualquier otro delito, para poder exigir responsabilidad penal al autor es imprescindible que este sea mayor de 14 años, puesto que los niños por debajo de esa edad son inimputables.

Sanciones legales por amenazas por WhatsApp

Las amenazas por WhatsApp se consideran como un delito leve de amenazas de los tipificados en el artículo 171.1 del Código Penal, si el mal anunciado no es un delito.

Esto se sanciona con penas de prisión de tres meses a un año o multa de seis a 24 meses. Si se trata de una amenaza condicional y el culpable ha conseguido su propósito (que la víctima haga o deje de hacer algo), entonces se le impone alguna de las penas anteriores en su mitad superior.

Cuando la amenaza es grave, y entraña el anuncio de la comisión de un mal como la muerte o una lesión, entonces se aplica la pena del artículo 169, que es prisión de uno a cinco años si la amenaza es condicional o de prisión de seis meses a tres años si no se consigue que la víctima cumpla con la condición impuesta.

Este artículo señala expresamente que las penas se van a imponer en su mitad superior si las amenazas se hacen por escrito, por teléfono o por cualquier medio de comunicación o reproducción, lo que incluye las aplicaciones de mensajería instantánea.

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Qué hacer si recibes amenazas por WhatsApp

Lo que ser recomienda hacer en estos casos es:

  • Cortar la comunicación
  • Recopilar pruebas
  • Presentar una denuncia
  • Ponerse en contacto con un abogado

Cortar la comunicación

Frente a una amenaza de cualquier tipo, por leve que sea, lo mejor es evitar todo tipo de interacción con el autor de la misma, ya que enfrentarse a él puede agravar la situación. Si la amenaza es condicional (si no haces esto, pasará esto otro) hay que abstenerse de cumplir aquello que quiere el agresor.

Si ignorar la comunicación no es suficiente, se puede bloquear al contacto. Sin embargo, hay que tener cuidado con esto, porque puede cortar el acceso a la conversación y dificultará la obtención de pruebas. Por eso, si se piensa en bloquear, primero hay que recabar las pruebas que se presentarán ante la policía.

Recopilar pruebas

Para poder tomar medidas contra el agresor es fundamental tener pruebas del hecho acusado. En estos casos, es importante hacer capturas de pantalla y guardar copias de los audios o vídeos que haya enviado el sujeto que amenaza.

Desde WhatsApp es posible exportar el chat enviando una copia por correo electrónico. Lo que se remite es un archivo de texto con todos los mensajes intercambiados, dejando constancia de la fecha y la hora de los mismos.

Para hacer esto hay que abrir el menú de la app pulsando sobre los tres puntos colocados en vertical que aparecen en la parte superior derecha de la pantalla de la conversación controvertida, y escoger la opción “más” y luego “exportar chat”.

Presentar una denuncia

El siguiente paso es acudir a la Policía para denunciar lo ocurrido. También es posible hacer la denuncia online en el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil, pero en todo caso habrá que acudir después a un cuartel para ratificarla.

Ponerse en contacto con un abogado

Después de todo lo anterior, si la víctima quiere tomar medidas legales frente al autor de las amenazas, es conveniente que se ponga en contacto con un abogado penalista para que se encargue de analizar la situación y ver si es viable interponer una querella.

El papel de las capturas de pantalla y la prueba digital

Las capturas de pantalla son válidas como prueba en un juicio, pero con condiciones. Porque depende de la forma en la que hayan sido obtenidas, de su integridad y de su autenticidad.

Un “pantallazo” no deja de ser una imagen y, como tal, puede ser manipulada. Por eso, es importante que las capturas de pantalla sean analizadas por un perito informático y que este acredite su veracidad.

Para ser aceptada como prueba, la captura tiene que cumplir los requisitos de:

  • Integridad. No haber sido manipulada o alterada de ninguna forma.
  • Autenticidad. Se debe verificar quién realizó la captura y la autenticidad del mensaje.
  • Contexto. Tiene que mostrar el contexto completo de la conversación, incluyendo la fecha y la hora de los mensajes y los nombres de los participantes en el chat.

En el ámbito penal también se puede recurrir a otras pruebas digitales siempre que se hayan obtenido de forma legal. Por ejemplo, si no se han podido obtener capturas de pantalla porque el autor de las amenazas ha borrado los mensajes, se puede solicitar el acceso a su teléfono para ver si en el dispositivo quedan copias de los mismos.

Lo que se recomienda en estos casos es:

  • Conservar las capturas de pantalla originales sin hacer ninguna modificación ni alteración en las mismas.
  • Obtener capturas de pantalla adicionales de conversaciones de WhatsApp que puedan ser relevantes para el caso. Por ejemplo, si se ha comentado con otra persona que se ha recibido una amenaza.

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